martes, 30 de octubre de 2007

Simplemente Chila

Inmenso, extraordinario, monumental, único, pocos futbolistas en el mundo han adquirido tanto cariño por parte de los hinchas, de sus hinchas, pocos se han transformado en emblema, se han vestido de próceres, han logrado emocionar tanto a una multitud, ¡pocos en el mundo señores! pero único sin dudas para nosotros, han logrado esa fusión de carisma, personalidad y autoridad que nuestro CHILA nos regaló, si CHILA, el más grande como lo dije alguna vez, como lo diré y lo sentiré, como todos nosotros lo sentimos, como EL MAS GRANDE, sin dudas.
Volvió un día a Liniers con ganas de regalar más emociones, volvió por encima de quienes o quién dudaba de su regreso o sencillamente no lo quería. Resulta que el CHILA dijo sí y Liniers se conmovió, el Amalfitani se vistió de fiesta, más robusto, mas sereno, salió aquel día por la “manga” y extendió sus brazos en respuesta al ensordecedor CHILAVERT, CHILAVERT!!!, las lágrimas de los fortineros no tardaron en asomarse, EL REY estaba de vuelta, con la ilusión puesta en marcha, burlándose de aquellos que ponían en tela de juicio su condición física. Pero CHILA no necesitaba elongaciones, ni elasticidad, no la pedíamos, solo queríamos volver a verlo, con eso bastaba y el resto vendría solo, la guapeza del caudillo, el ceño fruncido, el pecho a las balas y todo lo que sabíamos, no podía faltar de su humanidad.
Pero no pudo hacer el regalo que él quería, no pudo entregarle al hincha lo que sin dudas él quería regalar como despedida, se le escurrió entre las manos una copa que también nuestro CHILA deseaba, pero no pudo ser.
Los argumentos futbolísticos de Vélez no fueron suficientes para coronar este regreso, pero a todos no bastó con volver a verlo, -que me importa si no llegó a una pelota!-, -que me importa si no pudo convertir un penal!-, hay cosas que realmente poco nos importa, al menos a nosotros los hinchas de Vélez, acostumbrados a padecer la lucha por los objetivos, a sufrir como se dice usualmente.
Lo que realmente nos importó fue volver a verlo, no hace falta recordar lo que CHILA nos dió, es algo que está clavado en la mente y en el corazón de cada fortinero, CHILA fue el más grande “gladiador” que tuvo esta hermosa institución en lo que a fútbol le compete.
Varias generaciones lo recordarán por siempre como esas personas que hacen cosas trascendentes y CHILA será trascendente por siempre en Vélez y también en el mundo.
Sólo me resta volver a agradecerte José Luis por regalarnos tantas y tantas alegrías, por lo que hacés en el día a día como persona más allá del futbolista, por cada sonrisa que dibujaste en la cara de los pibes con tus “mimos”, con un autógrafo o con una foto, por cada lágrima de emoción que hiciste correr por los rostros “marcados” de lo vitalicios, por cada lágrima que hiciste correr a los más jóvenes, a las mujeres fortineras, por cortarle la respiración a los relatores, por dejar sin aliento a cada rival, por haber levantado tantas copas, por tantas vueltas olímpicas, por jugarte el pellejo por tu Vélez que siempre será tu casa, por cada grito, por cada gol, por lo que sos como ser humano, algo que pocos conocen.
Espero tu despedida CHILA, en el Amalfitani, con tu gente, para aplaudirte a rabiar aunque sea la última vez, para gritar más fuerte que nunca tu apellido histórico, tu apellido memorable, ese apellido que desgarra el corazón por tanto cariño y quiebra las voces de emoción.
Pero nunca te irás, será una despedida formal nomás, nunca te despedirás de tu Vélez, ni Vélez se despedirá de vos, siempre habrá algo, siempre habrá mucho entre vos y El Fortín, siempre estarás con nosotros. Pasarán los años, y algún día en el silencio de un Domingo sin fútbol alguien entrará al estadio, se sentará en la tribuna o en una platea, se encenderá un cigarrillo, observará con atención tan hermosa cancha y de repente escuchará que de cada rincón, como una brisa que va tomando envión hasta transformarse en un tornado retumba el grito de ¡CHILAVERT, CHILAVERT!.

Jorge Poma.

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