sábado, 18 de junio de 2011

El Campeón es para todos.

Cuesta expresarlo, manifestarlo, cuesta exponerlo, escribirlo, decirlo, explicarlo.
Si, una vez más fue otra descarga, otro cable a tierra contra el resto, o contra TODOS.
La verdad poco tiene de importancia ese “resto” o ese “todos”, pero vale la pena señalarlo, o al menos, no dejarlo pasar por el solo hecho de estar eufórico.
Lo que si nos importa es esa nueva medalla, trofeo, el título, saborear esa bendita palabra, la que conmueve, eriza la piel, llena de emoción, nos enorgullece, nos agiganta, la palabra CAMPEON.
Una vez más escrita en nuestros corazones, nuevamente impregnada en nuestras gargantas, otra vez sellada eternamente en nuestras mentes, en nuestras memorias.
Que importa si “ellos” o los “otros” decidieron focalizar su mirada hacia Hollywood vía Palermo, me importa que nos hayamos quedado en el barrio de Liniers y observar como desde Cualquier parte fluían las banderas, el cotillón, el AZUL y el BLANCO flameando hacia donde realmente debía ir la atención con objetividad.
Me importa que más allá de las fronteras hayan viajado miles de correos, que se hayan mezclado los continentes, ver consolidado un sentimiento, ver como los más chiquitos paladean lo que es ser CAMPEON, ver a los más grandes repetir esa hermosa costumbre de vestirse con la mejor indumentaria aunque los colores sean repetidos entre miles….
Me importan los recuerdos, aquellos que no se borran nunca, me importa que esos recuerdos se multipliquen.
Cuanto más importante es lograr un objetivo recorriendo un sendero casi “perverso”, sinuoso, cuánto vale luego de haberlo recorrido, se potencia ese grito final y claro, uno finalmente lo termina dedicando a todos.
Nos mudaron, nos privaron asistencia, se rieron ante el tropiezo, ante el resbalón, olvidaron que no fueron caídas, olvidaron que hay cuestiones que no se pueden obviar, como decir, “no está muerto quién pelea”, y VELEZ se levantó y luchó contra cualquier adversidad o enemigo si me permiten…
Y claro que no es fácil ser hincha de Vélez, pero que hermoso a la vez!. Percibir ese crecimiento integral, deportivo, institucional, demográfico. Observar las vitrinas, marearse con tantas vueltas olímpicas, destapar un buen Champagne y volver a festejar, aplaudir de nuevo, si, gritar otra vez CAMPEON.
Este Vélez no se cae, el CAMPEON está en Liniers. Quedó atrás aunque dolorosamente el impacto de la copa, pero renació ese fervor y se mantuvo intacta la ilusión porque aún el camino no se había terminado.
El fútbol tiene esos extremos, te doblega y castiga a veces injustificadamente, y en otras ocasiones te regala con sabiduría el más justo de los conceptos, te premia, te consagra y ya no existen ni ellos, ni los otros, ni el contra TODOS.
Así una vez más, me pongo de pie y aplaudo, me emociono sin pruritos, se me escapan unas lágrimas sin vergüenza, me acuerdo de mi viejo, me abrazo con mi familia, manifiesto todo mi amor por esta camiseta, me visto, viajo al estadio y si, festejo una vez más.
Miro con admiración al plantel, busco y encuentro al cuerpo técnico, me pongo de pie!!, mis ojos abrazan el AMALFITANI, espero la más hermosas de las vueltas, aquella que es olímpica, imagino cuantas más vendrán, contengo la respiración y aunque el nudo en la garganta me ahoga, descargo ese grito mágico, DALE CAMPEON!, DALE CAMPEON!
Y aunque ya no existan ni “ellos”, ni los “otros”, o renazcan o reaparezcan cuando la marea azul y blanca lo permita, le dedico un último párrafo, una última gota de semántica a esta infinita alegría y emoción…….
VELEZ YA SALIO CAMPEON Y SE LO DEDICAMOS A TODOS.
JORGE POMA.

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