miércoles, 8 de junio de 2011

Y un día la puerta se abrió....

Los minutos pasaban lentamente, todavía se sentía el frío intenso de aquel glorioso Martes 8 de Junio de 1993.
Independiente no podía quebrar a Belgrano, la figura de Cancelarich se acrecentaba, el relato de Jorge Bullrich me ponía muy nervioso, miraba una y otra vez el reloj, apagaba y encendía la radio, Vélez estaba a minutos de consagrarse campeón luego de 25 años.
El día se había iniciado con una caravana bien tempranera hacia La Plata, un frió que todos recuerdan, una insoportable sudestada, viento, lluvia, un día espantoso, no así para los hinchas de Vélez.
Ese día una multitud acompaño al equipo hacia la ciudad de las diagonales para jugar frente a Estudiantes en la penúltima fecha del torneo Clausura 1993. Era un día de semana, muchos tuvimos que recurrir “al faltazo” laboral, recuerdo que inventé un problema de cañerías en mi casa en el cual obviamente tenía que llamar a la administración del edificio y bla, bla, bla. La cuestión que luego del riesgoso llamado al trabajo, ya me estaba esperando en la puerta del edificio, Fernando Gatti, hijo de Dante, uno de los mellizos de Oro velezanos.
Se sumó mi primo y otro amigo más, en minutos ya estábamos camino a la La Plata.
Ese día también jugaba San Lorenzo y River, que a la postre “el Cuervo” con el gol de Bernuncio, dejaba sin chance a los de Nuñez.
Fuimos llegando y se fueron juntando los colores, las banderas, no digo camisetas, porque no era un día para estar exhibiéndola, dada la sensación térmica. Pero aún así, hubo varios que se la pusieron encima de sus abrigadas camperas.
El partido fue intenso, con pocas jugadas de riesgo, todos sentíamos que el campeonato ya estaba en nuestras manos, pero igualmente el nerviosismo cubría esa tribuna colmada de hinchas velezanos.
Segundo tiempo y llega el penal al “Pacha” Cardozo, Crespi era el árbitro y no dudó en sancionarlo, luego “Chila” lo transforma en gol, su primer gol en Vélez, el comienzo del “goleador” José Luis Félix Chilavert, la locura, la desesperación, la corrida de un arco a otro para abrazarse con todos, miré al hincha más cercano, -ya está, ya está!!!, el abrazo, el nudo en la garganta, parecía que el sol se asomaba exclusivamente para nosotros, para todos los fortineros. Sobre el final llega ese inesperado zapatazo de Paris, para clavar el empate definitivo en La Plata.
Fue un puñetazo pero no mermó la alegría, River ya había perdido y solo tenía chances Independiente, debía ganar y por varios goles a Belgrano ese mismo día a la noche.
Los jugadores se instalaron en el Hotel El Conquistador, muchos hinchas de acoplaron a la espera en la puerta del mismo, otros buscamos refugio en nuestros hogares a esperar el partido de los rojos y cordobeses.
Recuerdo que no cené, apenas bebí una taza de café, bien caliente, luego de un baño con temperatura acorde para recuperar el calor después de tanto frío.
Y el juez Vigliano dijo basta, Bullrich dijo Velez es el campeón!!!!!, lloré, lloré mucho, no podía creerlo, mi Vélez era campeón, no lo había visto en el 68, (tenía 1 año), me abracé a mi mujer, Vélez es campeón!!!!!!!!, Vélez es campeón!!!!!!, le decía sin cesar, salté, grité, me arrodillé, miré hacia arriba y agradecí. Llamé a mi querido viejito, (a él le debo este amor por la V azulada), mi viejo, que en dónde este, seguirá siempre a mi lado.
Camiseta, bandera, gorro, me vestí de Azul y Blanco, fui al Amalfitani a reunirme con los demás a descargar toda la alegría contenida, a descargar toda la furia de largos años sin títulos, a descargar la bronca por aquellos que decían que nos íbamos a caer.
Los jugadores festejaron en el Hotel y luego se unieron a la fiesta en Liniers.
Diarios y revistas llevaron en su portada el Vélez campeón!!, ese título que tantas veces habíamos soñado ver en las carátulas.
Al Sábado siguiente fue la fiesta de Vélez, la fiesta de todos, un marco impactante vistió al Amalfitani de etiqueta, otro día gris, pero con un Sol gigante en el corazón de cada hincha, después llegarían días de gloria, Vélez se anotaba en la historia grande del Fútbol Argentino y mundial y empezaba a ganar todo.
Fueron 25 años de espera, de 1968 a 1993, muchas jornadas de sufrimiento, pero la revancha había llegado y nuestro Vélez volvía a ser CAMPEON.
Cerremos los ojos, recordemos, el tiempo corre, ¿como si fuera ayer, no?.
Otro aniversario del campeonato obtenido en 1993, nada en el mundo del fútbol tiene comparación con ese conjunto de sensaciones que es ver a tu equipo dando la vuelta olímpica. Vivirá eternamente en mi alma, ser CAMPEON, ser CAMPEON!
Gracias Vélez por aquella alegría inolvidable, aquel día en que la puerta se abrió y nunca más volvió a cerrarse.

Gracias por las alegrías que siguieron luego, por las las que vendrán…

Simplemente eso, GRACIAS VELEZ!.
Jorge Poma.

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