miércoles, 22 de octubre de 2008

EL VELEZ DE TODOS.

Muchas veces mencioné la necesidad no solo de contar con las “Cuatro patas” que sostienen todo objetivo, sino también la importancia que cada una de ellas tiene cuando se apunta hacia un mismo ideal. Ojalá quienes tengan la oportunidad de ser en las próximas elecciones los que manejarán el futuro de nuestro querido Club, así lo entiendan.
Bastará para aquellos que ya superaron la barrera de los 30 años hacer un poco de memoria y recordar viejas épocas dónde “las cuatro patas” sostenían distintos objetivos y diferían una de otra.
Nuestro Vélez amigo, comenzó su carrera hacia la verdadera grandeza cuando se entendió que desde cada uno de los puntos cardinales (directivos, cuerpo técnico, jugadores e hinchas), debían apuntar hacia el mismo lado, sin grietas, sin obstáculos, manteniendo la humildad con el éxito y siendo solemnes ante la adversidad.
Corría aquella década del 80 y muchos recordarán planteles con nombres prometedores pero que luego, terminaban con las manos vacías.
Me preguntaba, (nos preguntábamos), ¿tan difícil es ser campeón?, obviamente la respuesta era SI, ser CAMPEON no es solamente dar una vuelta olímpica, requiere de muchas herramientas, entre ellas la más vital, la decisión.
A partir de allí, como un efecto dominó, se generará la idea de ir en busca de la EPOPEYA.
Vélez fue siempre una institución ejemplo, Don Pepe Amalfitani fue el génesis del gran milagro velezano. Su doctrina fue base, “primero la casa, luego el champagne”.
Fueron años duros los setenta y los ochenta, a veces parecía que SI, pero luego el NO doblegaba la ilusión deportiva.
El pueblo velezano necesitaba un campeonato, empezó a gestarse desde el propio “tablón” esa necesidad de congregar más gente, de no quedarse solamente con ese premio de ganar algún partido trascendente que solo servía para las estadísticas, de no abrazarse solamente al concepto de “institución ejemplo” como único emblema, era, es y será un orgullo serlo, pero faltaba algo, Vélez ante todo era UN CLUB DE FÚTBOL y la ausencia de gloria deportiva comenzó a generar un cambio en el pensamiento, sobretodo en el dirigencial.
Aquellos recuerdos prometedores fueron claudicando, dando paso a la década del 90 dónde se torció la historia, fue una bisagra, VELEZ dejó de ser solamente una gran institución y se puso el traje de GRANDE en todo sentido, EL CAMBIO VENCIO A LA UTOPIA.
Había que cruzar la delgada línea que separa la intrascendencia del protagonismo y eso solo se lograba con DECISIÓN.
Aquellos que no iban a la cancha regresaron, nació una nueva generación, creció, ahora ya no son 100, 500 o 1.000 los hinchas que de visitante acompañaban al equipo, hoy es todo distinto, VELEZ es una familia de decenas de miles por amor a la V azulada, la palabra CAMPEON es seductora, convoca, atrae, da prestigio, da GRANDEZA, grandeza que en lo institucional se maneja con maestría.
Quizás sea por eso que siempre me gustó arengar sobre este concepto de “Las cuatro patas”, lo escribí innumerables veces, lo seguiré haciendo.
La esencia de un club de fútbol pasa por esos carriles, equilibrar un crecimiento institución con los éxitos deportivos.
Del mismo modo que nuestro querido Don Pepe, ensambló ladrillo sobre ladrillo los rincones de nuestro “palacio”, del mismo modo en el que trabajó pensando en la honestidad, buscando socios, enalteciendo esa doctrina de lograr ser la “gran” institución por sobre todas las cosas, hoy día debemos pensar en como sostener esa visión, modulando, sintonizando aunque con distintas herramientas ese concepto de CRECER.
Y VELEZ CRECIO, es un orgullo expresarlo, VELEZ se AGIGANTO, faltaba el éxito deportivo para terminar de ubicar cada pieza en su lugar y definitivamente ser ese club GRANDE como todos soñamos.
La era del Fútbol llegó a Liniers, con Carlos Bianchi, con nuestro gran CHILA, con un plantel inigualable, con directivos que habían tomado una decisión, con un pueblo que entendió que la palabra CAMPEON ya no era una utopía.
No es fácil buscar el equilibrio, lo sabemos, lo comprendemos, siempre será dificultoso equilibrar las finanzas y el precio de la gloria, pero estará en manos de quienes sepan hacerlo como lograr la fusión entre el funcionamiento de Vélez institución y el Vélez CAMPEON en lo deportivo. Hoy las obras nos siguen enorgulleciendo, nos honran.
El fútbol, ese deporte que agita la pasión, que difícilmente alguien pueda explicar con palabras lo que provoca, es algo maravilloso sin dudas. Abrazarse a unos colores, enamorarse de una camiseta, sentir al club como propio, cuidarlo, emocionarse con sus logros, sufrir ante la adversidad, gritar, sentir el fragor de un grito de gol decisivo, pelear con el establishment que en los últimos años se adueñó de ciertos parámetros que “manchan” con su poderío la naturaleza de este deporte - espectáculo inigualable y apuntan a la conveniencia de su propio bolsillo, sentir que ya nunca más se volverá a cruzar la línea hacia la intrascendencia, hacia atrás, sentir que jamás dejaremos de ser protagonistas, que buscaremos una tras otra cada una de las epopeyas que nos toque transitar, sin la necesidad de vaciar “alcancías”, sabiendo que habrá que invertir pero pensando en ese costo-beneficio que implica llevarse bien con la gloria.
De eso se trata amigo velezano, de no perder ya el rumbo, no siempre se podrá cantar victoria, pero sabiendo que la meta nunca se abandonará.
Nadie puede apartarse de esa sensación hermosa que es ver a distintas generaciones abrazadas por un festejo, por ese romance de barrio llamado VELEZ.
Es como imaginar a nuestros próceres de siempre no importa su rol en VELEZ, Don Pepe, Victorio Spinetto, Daniel Willington, Carlos Bianchi, José Luis Chilavert, Horacio Irañeta, cada periodista partidario, cada una de las agrupaciones políticas, cada uno de los miles y miles de hinchas, todos en un mismo abrazo.
La ecuación institución-fútbol es posible, crecer como club, en cada una de sus disciplinas, ensanchar ese panorama, crecer como club SI, ensanchar las vitrinas con logros deportivos, con protagonismo, creciendo con las maravillosas obras desde lo institucional, con la convicción que se puede lograr. Esa debe ser nuestra IDENTIDAD.
Allá vamos amigo, rumbo al Centenario, que las “cuatro patas” siempre estén, que vayan de la mano, que no se suelten, esto es lo que queremos, ese es “EL VELEZ DE TODOS”.

Jorge Poma
http://historiasvelezanas.blogspot.com/

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