jueves, 29 de noviembre de 2007

A mi querido viejo.

-Otra vez te vas a la cancha!!!!- protestaba mi vieja y él simplemente contestaba -HOY JUEGA VELEZ-, la escena se originaba mientras yo jugaba con esos añejos soldaditos a alguna batalla entre blancos y azules, vaya casualidad, jugaba con los colores que a la postre serían mis colores de corazón.
Corrían los años 70 y fui por primera vez de la mano de él a ver al fortín.
A veces aparecen algunos momentos en mi mente de aquellos partidos, algunos nombres de jugadores, el susto por el primer retumbante grito de GOOLLLL!!!!, el fragor de ese sonido me había sorprendido, no tardaría mucho en acostumbrarme.
Recuerdo cruzar la Av.La Plata para ir al viejo Gasómetro en épocas de localía lejana a nuestro Amalfitani, un gol de emboquillada al arquero Reggi de Atlanta por parte del gran Pedro Omar Roldán. Yo siempre al lado de él.
Pasó el tiempo, su carnet de socio activo pasó a ser de vitalicio, no duró mucho tiempo a mi lado en la popular, un día me dijo que iba a empezar a ir a la platea Norte, yo lo acepté, me honraba que el viejo ya fuera vitalicio del club que amaba.
En aquella tribuna Oeste lo extrañé, jugaba a buscarlo y encontrarlo en la platea mientras esperaba por la salida de nuestro Vélez.
El amor por la V azulada ya formaba parte de mi vida y él tenía mucho que ver en esto. Recuerdo su cara en el 79, en el 85, en el 92, me miraba y siempre con su carácter calmo solo atinaba a encogerse de hombro o decirme -no te hagas problema, ¿sabes cuantas veces viví esto?-, pero dentro de él yo sabía que corría un río de angustia, yo lo entendía y me quedaba aplastado en algún escalón pensativo por otra derrota de mi querido Vélez.
Y vinieron nomás las épocas gloriosas, en el 93, ya con sus canas avanzadas y su andar mas lento seguimos a Vélez con la intuición silenciosa que no se nos escapaba.
Aquella noche fría, luego de la escapada a la ciudad de los diagonales, pude gritar por primera vez que mi Vélez era Campeón. Lo llamé, le dije -VIEJOOO, SOMOS CAMPEONESSS!!!!!!, escuché su sonrisa, lo dijo todo sin decir casi nada, mientras las lágrimas corrían en mi mejilla.
Festejamos mucho, lo abracé, por fin!!!, por fin!!!!, al Domingo siguiente nos vestimos de frac, azul y blanco, como aquellos soldaditos con lo que yo jugaba, fuimos al Amalfitani, erguidos, solemnes, sacando pecho, juntos como aquella primera vez que me llevó de la mano.
Hoy, en algún lugar seguramente sigue firme a su Vélez, esperando por otro grito, él seguirá junto a mi, estará siempre ahí, pegadito a su pasión de siempre, ya no nos encontraremos ni a la ida ni a la vuelta en nuestra caminata hacia la cancha o hacia nuestros hogares, pero sigue y seguirá a mi lado, nuestra pasión sigue de la mano y se estrechará como siempre en un abrazo literal en cada gol,
Él seguirá ahí, con mas de 60 años junto a su Vélez, con él aprendí a querer esta V azulada, con él aprendí a amar a esta hermosa institución, con él, siempre con él.
Soy de Vélez, de alma, de corazón, gracias a él, gracias a vos viejo.....
Siempre, toda la vida estarás conmigo PAPA.

Jorge.

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